Fuera de nuestro sistema solar, orbitando alrededor de más de 3000 estrellas de nuestra galaxia, hemos encontrado y seguimos encontrando multitud de mundos. Rocosos, gaseosos, hinchados, oscuros, luminosos, muy calientes...
Para descubrirlos, los astrónomos utilizan diferentes técnicas. La más común es el método del tránsito. Cuando un planeta pasa por delante de su estrella, bloquea una pequeña parte de su luz, lo que provoca una disminución medible en el brillo de la estrella. Si el plano orbital del planeta está alineado con el nuestro, este tránsito nos permite detectar su presencia y determinar su tamaño y órbita.
Otra técnica es el método de las velocidades radiales. Un planeta que orbita alrededor de una estrella provoca un ligero movimiento de la propia estrella: este movimiento crea un desplazamiento en la luz de la estrella, que podemos detectar con espectrógrafos. Este método nos ayuda a medir la masa del planeta.
Luego está la astrometría, que mide pequeñas variaciones en la posición de las estrellas causadas por la gravedad de los planetas en órbita. Y la microlente gravitacional, que aprovecha la gravedad de una estrella para acentuar la luz de una estrella más lejana y revelar la presencia de planetas.
Gracias a estos métodos y a la tecnología avanzada, hemos descubierto más de 5000 exoplanetas y seguimos descubriendo nuevos casi a diario.
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