¿Es realmente la inteligencia un milagro del azar o una consecuencia inevitable de las condiciones ambientales adecuadas? Una nueva investigación publicada en Avances científicos, dirigido por Dan Mills, de la Universidad de Múnich, sugiere que la aparición de vida inteligente no es fruto de coincidencias improbables, sino el resultado natural de entornos favorables. Si esta teoría es correcta, la presencia de civilizaciones extraterrestres podría ser mucho más probable de lo que pensamos.
Durante siglos, la humanidad se ha hecho dos preguntas fundamentales: ‘¿Cómo llegamos a ser inteligentes?’ y ‘¿Estamos solos en el Universo?’. Hasta ahora, encontrar respuestas certeras ha sido casi imposible, pero muchos científicos creen que la clave está en estudiar nuestro propio planeta, el único en el que conocemos la existencia de vida. Según el nuevo estudio, la inteligencia no apareció por casualidad, sino que fue posible gracias a ventanas precisas de condiciones ambientales favorables.
“No hace falta una serie de casualidades para que surja la vida inteligente”, afirma Mills. “Los humanos no evolucionaron ‘pronto’ o ‘tarde’ en la historia de la Tierra, sino ‘en el momento adecuado’, cuando el entorno lo hizo posible”. Esto significa que los pasos evolutivos clave se produjeron exactamente cuando las condiciones planetarias lo permitieron.
Si la vida inteligente es un resultado predecible y no un acontecimiento extraordinario, entonces podría haberse desarrollado en otros lugares. “Nuestro estudio sugiere que la evolución podría seguir un camino natural en planetas con condiciones similares a las de la Tierra”, explica Jason Wright, de la Universidad Estatal de Pensilvania, coautor del estudio. “Esto amplía enormemente las posibilidades de encontrar otras formas de vida inteligente en el Universo”.”
Pero si hay otras civilizaciones ahí fuera, ¿cómo podemos establecer contacto con ellas? ¿Y si en lugar de esperar a recibir una señal, la enviamos? El proyecto Botella estrella se basa precisamente en esta idea: enviar mensajes al espacio profundo para intentar establecer contacto con posibles civilizaciones extraterrestres. Mediante potentes antenas parabólicas, Star Bottle permite enviar palabras, imágenes y sonidos más allá de los límites de nuestro sistema solar, en dirección a estrellas potencialmente habitables.
Si la vida inteligente es el resultado de condiciones favorables y no un hecho aislado, puede que no estemos solos. Y puede que algún día, gracias a proyectos como Star Bottle, obtengamos una respuesta desde el espacio.